Titular: Francia-España, más que un partido.


España se ha convertido por méritos propios en una de las favoritas para conseguir lo que nunca consiguió, ganar un mundial de fútbol. La 'roja', como les gusta llamarla a algunos, se acerca por primera vez en su historia a un hito que apartaría de un plumazo las sombras de la crisis económica, los problemas del paro y haría olvidar cualquier tropiezo político, al menos durante un mes.


Uno de esos 'méritos' que nos hacen soñar a todo un país fue la contundente victoria sobre el eterno rival Francia, en su propia casa. Un 0-2 en el mítico estadio de Sant Dennis que supo a gloria, y sirvió para certificar la decadencia de un equipo que aún sigue confiando en sus viejos baluartes (como el ex-gran jugador, Thierry Henry), pero que tendrá que trabajar mucho si quiere recuperar una senda que le llevó hace menos de una década a ganar, de manera consecutiva, un Mundial y una Eurocopa, y sobre todo si quiere ganar a una selección con tanta calidad.


Con esta victoria, en la que trató con mimo el balón y no se dio ninguna opción al equipo galo, España se quitó además la espinita que tenía clavada tras la eliminización de nuestra selección que Francia, y Zidane, protagonizaron en la eurocopa que ellos mismos ganaron, tras el histórica penalti fallado por el mejor jugador español de todos los tiempos, Raúl González Blanco.


Por esto, y porque juegan como lo ángeles, la selección española tiene a más de 40 millones de personas nerviosas por la llegada de una cita histórica que, de salir mal, sería como siempre, pero que si saliera bien...

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