Hollywood ha visto la luz. Después de muchos años en los que la piratería y la descarga de films por internet han perjudicado gravemente a la industria cinematográfica, las cabezas dirigentes han encontrado un remedio para combatir esta recesión de beneficios. Se llama 3D y ya está entre nosotros.
Esta evolución en el cine está causada por una única persona, la cual le entró una idea en la cabeza y hasta que no consiguió materializarla, no durmió a gusto. Estamos hablando, como no, de James Cameron, director de la histórica Titanic y de la actual Avatar. ¿Quién no ha oido hablar de Avatar? Sólo los ermitaños han podido escapar del tifón publicitario de Avatar; y también creo que muy pocos aún resisten en sus sitios sin ir a verla.
El taquillazo de esta película está causado por la atracción de verla en 3D,y no por su calidad cinematográfica ( al menos, su guión ) y eso es en lo que se va a basar apartir de ahora Hollywood para atraer al público y que vuelvan a llenar las salas de cine, abandonadas parcialmente desde hace un tiempo.En el primer trimestre del 2010, en EE.UU. la taquilla ha crecido, por el precio, un 10% con respecto al mismo periódo en 2009. La imposibilidad de verlas con esta tecnología en nuestros monitores o de que el negrito del topmanta nos de como suplemento unas gafas 3D y una tele 3D va a conseguir que para ver correctamente la película debamos desembolsar una media de 7 euros en la taquilla, siempre y cuando llevemnos de casa las gafas apropiadas. El aumento en el precio de la entrada puede llegar a aumentar un 50%, pasando de 8 a 12 euros.
Viendo el tirón que ha tenido Avatar, con una recaudación de 2.000 millones de euros ( que se dice rápido ), ya se han apuntado a la moda 3D otras películas, que en principio no iban dirigidas a esta tenología. Los últimos estrenos han sido Alicia en el país de las maravillas y Furia de titanes, pero el problema de estas películas es que no habían sido rodadas en 3D.Así, se empieza a hablar de 'conversión informática' y de timo por parte de Hollywood.. Este hecho provoca que muchos salgan de las salas defraudados, creyendo que les han tomado el pelo.
Jordi Llompart, primer director europeo que ha rodado un filme con actores de carne y hueso en 3D ( 'Viaje mágico a África' ) comenta el resultado del trucaje tecnológico:
"El problema de la dimensionalización ( el paso del 2D al 3D ) es que se consigue aplicando un software que actúa con un patrón de uniformidad. Por tanto, el efecto es el mismo independientemente de la secuencia que estemos viendo. Se podría realizar plano por plano pero sería mucho más costoso y laborioso".
El cineasta también recopila los principales handicaps:
"En primer lugar, las gafas restan un 30% de la luz a la pantalla y los proyectoes no tienes aún suficiente potencia lumínica como para compensarlo. En segundo lugar, los travellings y los movimientos bruscos no encajan bien con el formato. Y en tercer lugar, cuando uno rueda directamente en 3D el coste es un 30% mayor que si se rueda en 2D; en contrapartida preparas cada plano pensando en el formato, decides si quieres que sea más o menos profundo, mientras que si se convierte es imposible planificar eso".
Las infraestructuras actuales aún no están preparadas para ofrecer el cine del futuro, pero está claro que todos los estamentos del mundo cinematográfico invertirán todo lo que sea necesario para conseguir tener en sus manos la nueva gallina de los huevos de oro.
Mario RAD
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