Jazz, sólo Jazz...

Y es que aunque la vida nos ponga obstáculos debemos aprender a superarlos, tenemos la obligación de sobreponernos, de seguir adelante, de mantenernos de pie, de pensar, de sentir, en definitiva, de continuar. Nada hay fácil, nada es sencillo, nada hay que no conlleve un reto para uno mismo, un salto. Debemos tener presente que la vida es una contínua lucha. Y no todo es lo de siempre, no todo es el dinero, la salud, el amor, la amistad... la vida es mucho más. Es sentir, es conocer, es descubrir, es, simplemente, vivir.

A veces parece que la distancia y el tiempo son insalvables, insuperables, pero realmente sólo lo que tienes dentro de tí importa, lo demás es supérfluo, es, simplemente, 'lo demás'. Nada hay más importante en el camino que debemos seguir que tus pies para continuar caminando, que tus piernas para mantenerte de pie, y aunque a veces parezca que esas piernas que deben sujetarte flaquean, tienes que saber que eres tú el que las controla, que todo aquello que necesitas lo tienes al alcance de tu mano.

Un suspiro, una caricia, una mirada son capaces de hacer que te tambalees, de acelerarte el corazón, de alterar tu respiración, ¿Qué sientes?, sólo eso importa, ¿Qué puedes llegar a sentir?, tan sólo eso es importante. Lo demás es, sólo, 'lo demás'

Buscar un escape, un respiro donde poder pararte a pensar no es tan sencillo, pero es necesario, por ello existen cosas tan maravillosas como la música, lugar al que vamos cuando 'lo demás' te hace gritar. Allí te sientes bien, tranquilo, vuelas hasta encontrar un escondite. Allí se encuentra el Jazz, la libertad, la salida. Unas notas de un saxofón son capaces de conseguir que te olvides de tu nombre, de quién eres., donde estás, a dónde tienes que ir.



J

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